En mis paseos por la montaña, no puedo evitar detenerme en cada detalle: las ramas que se entrelazan en lo alto, las piedras que marcan el camino, ese destello de sol que se filtra entre los árboles. Quise convertir esa experiencia, esa conexión profunda con la naturaleza, en una escultura. Y, sobre todo, quise que pudieras llevarte un pedazo de esa sensación a tu hogar. Para que, cuando necesites reconectar con la calma y la belleza del entorno natural, te baste con contemplarla.

Más allá de sus múltiples brazos, lo que da alma a esta escultura es su cuello inclinado, del que pende un atrapaluces circular. De él nace una barra de latón que lo sostiene, cuyo brillo parpadea como un faro en la noche: refugio, lugar al que regresar.

Materiales utilizados:

- Madera de almendro
- Piedra rojiza del Baix Llobregat
- Latón
- Vidrio facetado

Realizado por Albert Cunillera.

Producción local

Envuelto con amor

Pago seguro

Envio gratis a partir de 50€